Como cada Jueves Santo, la jornada se inició muy temprano, ya que a eso de las nueve de la mañana las puertas de nuestra Casa de Hermandad ya se encontraban abiertas para celebrar el tradicional desayuno con los Demandantes, acto que congregó a un gran número de hermanos/as deseosos de dar el primer aliento a quienes ese día tenían encomendado una ardua, pero gratificante tarea, como es la de pedir para la Archicofradía de Paz y Caridad.
Así, y siguiendo con el relato de los hechos de un día que, en lo meteorológico, amaneció radiante cumpliéndose los pronósticos que desde días atrás venían haciéndose, decir que una vez hubo concluido el desayuno, a eso de las once y media hermanos y devotos nos congregamos en la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios, donde ya lucían esplendorosos los pasos de nuestros Sagrados Titulares prestos para su salida procesional, para escuchar la palabra de nuestro Director Espiritual, el Rvdo. Sr. D. Ginés González de la Bandera Romero, tras la lectura del evangelio. A continuación, y cumpliendo lo preceptuado en la Regla 9 de las que rigen nuestra Corporación, procedimos al recibimiento de los nuevos hermanos y hermanas, siguiendo para ello el protocolo previsto en el Anexo III de nuestras Reglas, acto que resulto muy emotivo y entrañable, y en el que también estuvimos acompañados de numerosas hermanas vestidas de mantilla.
A las una del mediodía, y convocados por nuestra Parroquia, asistimos en la Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción a los Santos Oficios que daban inicio al Triduo Pascual, al término de los cuales se trasladó solemnemente el Santísimo Sacramento al Monumento reservado en la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen.
Ya por la tarde, esta Archicofradía Sacramental de Paz y Caridad, rindiendo culto público a sus Sagrados Titulares, realizo su anual Estación de Penitencia por la calles de nuestro pueblo, siendo de destacar, como ya ocurriese el pasado año, el paso del cortejo procesional ante el Santísimo Sacramento, reservado en el monumento ubicado en la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, dando lugar, de nuevo, a bellas estampas con momentos emotivos, de recogimiento y oración, recogidas en las numerosas instantáneas realizadas por el numeroso público agolpado en le inmediaciones del templo carmelitano, a cuyo interior accedían las presidencias de ambos pasos para rezar ante Jesús Sacramentado.
Como curiosidad, destacar que este año el exorno floral del Santo Cristo Amarrado a la Columna estaba compuesto por rosas rojas con clavellinas y tulipanes, también en tonos rojos, y el de María Santísima de la Esperanza Coronada con dendrobium (orquidias), tal y como ya lo hiciera el día de su Coronación Canónica. Asimismo, María Santísima de la Esperanza Coronada lucía un original encaje francés llamado duquesa de finales del siglo XVII, que sin duda alguna, realzaba, aún más si cabe, el bello rostro nacarado de nuestra Amantísima Titular.
Igualmente, significar que este año acompañaron a nuestra Benditas Imágenes un total de 305 hermanos nazarenos que pudieron completar la Estación sin ningún impedimento, obstáculo ni inconveniente. La Hermandad salió de la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios a las 18:00 horas, retornando al templo churretero, sede canónica de nuestra Corporación, a eso de las dos menos cuarto de la madrugada
Y no queremos concluir estas líneas sin expresar nuestro más sincero agradecimiento a todo/as las personas, integrantes o no de nuestra Hermandad que, gracias a su cariño, empeño y esfuerzo, hicieron posible de nuevo el sueño de rendir culto público a quienes son santo y seña de nuestros más hondos sentimientos, y en especial a los hermanos/as que ya no están entre nosotros y desde el cielo, seguros estamos, rezaron para que pudiésemos vivir este gran Jueves Santo; y como no gracias también a Estepa y los estepeños que, una vez más, han llenado las calles y rincones de nuestro pueblo para acompañar a nuestros Venerados Titulares en una muestra de Amor y Devoción hacia Ellos. DE CORAZÓN, GRACIAS A TODOS.