Como cada Jueves Santo, la jornada se inició muy temprano, ya que a eso de las nueve de la mañana las puertas de nuestra Casa de Hermandad ya se encontraban abiertas para celebrar el tradicional desayuno con los Demandantes, acto que congrega a un gran numero de hermanos deseosos de dar el primer aliento a quienes ese día tienen encomendado una ardua, pero gratificante tarea, como es la de pedir para la Archicofradía de Paz y Caridad, acto al que, desde hace algunos años, también se suman miembros de nuestro querido Grupo Joven, y sobre todo, muchas de nuestras hermanas que ese día vestirán de mantilla para asistir a los oficios.
Así, y siguiendo con el relato de los hechos de un día que, en lo meteorológico, amaneció radiante cumpliéndose los pronósticos que habían al respecto, decir que una vez hubo concluido el desayuno, y las tres parejas de demandantes pusieron tierra de por medio para recorrer las calles de Estepa, en una jornada que se alargaría hasta más allá de las dos y media de la madrugada, pusimos rumbo a la Residencia de Mayores, “Ntra. Sra. de la Asunción”, donde, siguiendo una iniciativa puesta en marcha hace unos años por nuestra Diputación de Caridad y Acción Social, recogimos a un grupo de ancianos para trasladarlos a la Iglesia de Nta. Sra. de los Remedios a fin de que pudieran contemplar los pasos de la Hermandad dispuestos ya para su salida procesional, acto que, como cada año, resultó muy entrañable y emotivo por las muestras constantes de agradecimiento y emoción que, en todo momento, nuestros queridos ancianos mostraron al contemplar de cerca a nuestros Benditos Titulares.
A las doce de la mañana, y convocados por nuestra Parroquia, asistimos a los Santos Oficios que daban inicio al Triduo Pascual, al término de los cuales se trasladó solemnemente el Santísimo Sacramento al Monumento. Destacar, que el paso de nuestra Titular, Mª Stma. de la Esperanza Coronada, un año más presidio la Solemne Eucaristía en el Altar Mayor.
Seguidamente, y una vez hubo concluido la Santa Misa, de nuevo nos trasladamos a la Residencia de Ancianos para compartir con ellos una rato de charla y compañía, haciéndoles entrega de unos presentes como es tradición, acto en el que, junto con la Directora del centro, Dña. Dolores Haro, estuvimos también acompañados por el Sr. Alcalde, D. Miguel Fernández Baena y la Sra. Concejala Dña. Rosario Pérez Fernández.
Ya por la tarde, y cuando en el reloj de la villa daban las seis, las puertas del templo churretero se abrieron de par en par y nuestra cruz de guía, magnífica obra de orfebrería realizada en los Talleres sevillanos de Hijos de Juan Fernández, apareció radiante en el dintel de la puerta, y tras las misma un nutrido cuerpo de nazarenos que, sin pausa pero sin prisa, fueron saliendo para dar paso al primero de nuestros pasos procesionales, el impresionante misterio del Stmo. Cristo Amarrado a la columna, engalanado para la ocasión con rosas rojas, rosas de pitiminí y claveles sangre de toro, y que a los sones de la marcha real, espléndidamente interpretada por nuestra sin par Agrupación Musical “Paz y Caridad”, asomaba a una plazuela abarrotada y deseosa de tenerlo en la calle y admirar el buen hacer de su cuadrilla costalera, y a fe que estos no defraudaron, pues desde la primera chicotá, a los acordes de la marcha “Saeta”, pronto arrancaron los primeros aplausos y miradas emocionadas, circunstancia esta que se repetiría una y otra vez a lo largo de todo el recorrido procesional.
Y tras el Señor “churretero”, como le gusta llamarlo a su capataz, José Luis Olmedo, de nuevo cruzó el dintel de la puerta un numeroso cuerpo de nazarenos que, portando ahora cirios verdes, escoltarían ya durante toda la tarde a nuestra Amantísima Titular, María Santísima de la Esperanza Coronada que, tras salvar las estrecheces del cancel a los mandos de su capataz, Juan Manuel Atero, apareció bellísima y esplendorosa en su paso de palio, magníficamente exornado con jacintos rosas de pitiminí, flor de cera y fresias; y de nuevo la plaza se hizo oración y plegaria hacia la Reina de Estepa, que entre los acordes de la marcha “Corona de Esperanza”, magistralmente interpretada por la A.C “Amigos de la Música” de Estepa, se fue perdiendo entre los naranjos de la plazuela, para adentrarse así hacia la calle Roya, cumpliéndose de nuevo un año más el milagro del Jueves Santo, de una cofradía que se hace barrio para ver como una joven Centuria centenaria prendía a su Señor y a su Bendita Esperanza, o como en la calle San Marcos, el blanco lienzo de sus paredes encaladas “acariciaban” las tulipas de guardabrisas del paso de misterio o las bordadas bambalinas del palio, para una vez arribados los pasos a San Marcos, romper en una atronadora ovación, y donde la voz rasgada del saetero hacia el Señor del Barrio Nuevo, puso un broche de oro a ese esfuerzo costalero.
Y de nuevo en la plazuela, tras discurrir por calle Gilena, el cortejo procesional, dejando atrás ya su barrio, se adentró por Vera-Cruz para realizar su recorrido por el resto de calles de nuestro pueblo, siendo muchos y muy buenos los momentos vividos este Jueves Santo, y es por ello, que no queremos concluir estas líneas sin expresar nuestro más sincero agradecimiento a todo/as las personas, integrantes o no de nuestra Hermandad que, gracias a su cariño, empeño y esfuerzo, hicieron posible de nuevo el sueño de rendir culto público a quienes son santo y seña de nuestros más hondos sentimientos; y como no gracias también a Estepa y los estepeños que, una vez más, ha llenado las calles y rincones de nuestro pueblo para acompañar a nuestros Venerados Titulares en una muestra de Amor y Devoción hacia Ellos. DE CORAZÓN, GRACIAS A TODOS.